Hace muy poco decidimos con mi marido que estaba bien salir unos días de vacaciones, es que con los niños, el trabajo, la vida nos pasó por encima y cumplimos 22 años de casados, y nos dimos cuenta que nunca en todos esos años estuvimos realmente solos, por lo que decidimos dedicarnos unos días.
Sacamos los pasajes aéreos sin problema, nuestro destino, París, que mejor que la ciudad más romántica para unos días de luna de miel después de tantos años. Todo preparado, equipaje, pasajes, reserva en el hotel, y salimos para el aeropuerto de Barajas y aquí comenzó nuestra pesadilla.
Nos habíamos olvidado de reservar una plaza de estacionamiento para nuestro coche, y es que no vivimos en Madrid por lo que el coche fue nuestra mejor opción, justo el día que debíamos viajar, a todo el mundo se le había ocurrido la misma idea y todos fueron en coche, y no teníamos lugar en ningún lado para nuestro automóvil, que no es nuevo, pero que sabíamos que no queríamos dejarlo en la calle porque es muy peligroso, no queríamos volver y encontrar nuestro coche, chocado, con los cristales rotos o directamente no encontrarlo, así que al no encontrar plaza en los estacionamientos del aeropuerto debimos dejar nuestro coche en un estacionamiento en Madrid y desde allí tomar un transporte público hasta el aeropuerto con las maletas a cuesta. A las corridas ya que debíamos apurarnos para no perder el avión.
Por lo que a partir de ahora tenemos en cuenta que luego de comprar los pasajes hay que reservar una plaza en el aparcamiento con anticipación para no tener los problemas que tuvimos nosotros. Cuando volvimos de nuestras vacaciones nos enteramos de algunos problemas que tuvieron quienes dejaron sus coches en la calle, multas de tránsito por dejar el vehículo en un lugar prohibido, y su acarreo consiguiente, robos, vandalismo, entre otras cosas.
A veces el trasporte público es la mejor opción