Como los adultos, los niños también luchan contra el estrés. Demasiados compromisos, conflictos en sus familias y problemas con los compañeros son factores estresantes que abruman a niños y adolescentes.
Por supuesto, “una cierta cantidad de estrés es normal”, dicen desde psicología infantil madrid. Es normal sentirse estresado por comenzar la escuela secundaria o tomar un examen importante.
La clave para ayudar a los niños a manejar el estrés es enseñarles a resolver problemas, planificar y saber cuándo decir sí y no a las actividades y compromisos.
Si sus hijos no aprenden cómo manejar el estrés, buscarán una forma de canalizar sus problemas con comida, drogas y alcohol. En otras palabras, los niños buscarán algo que los haga sentir mejor de inmediato y, por lo general, no será algo saludable.
A continuación, hay una lista de ideas de cómo puede ayudar a sus hijos a manejar el estrés con éxito.
1. No llene el calendario de sus hijos.
Uno de los mayores factores estresantes para los niños es la sobre-programación. Y, sin embargo, hoy en día, se espera que los niños presten atención y se desempeñen en la escuela durante siete horas, sobresalgan en las actividades extracurriculares, regresen a casa, terminen la tarea y se vayan a la cama para volver a hacerlo todo al día siguiente. Pero ¿Dónde está el tiempo de inactividad?
Los niños y adolescentes necesitan tiempo libre para rejuvenecerse. Sus cerebros y cuerpos precisan descansar. Y es posible que no se den cuenta de esto por sí mismos. Por lo tanto, es importante saber cuándo su hijo tiene demasiados horarios.
Debe mirar los horarios de sus hijos durante el transcurso de una semana y asegurarse de que haya suficiente tiempo de inactividad. ¿Hay varias horas el fin de semana o algunas noches durante la semana en las que los niños puede simplemente descansar y relajarse?
2. Jugar solo por diversión
Es importante tener tiempo de «jugar sin presión». Sin lecciones, competencia ni objetivo final. Los niños más pequeños harán esto de forma natural. Pero los adolescentes y preadolescentes pueden olvidar cómo jugar por el simple hecho de divertirse.
Combine el juego con la actividad física, que es fundamental para el bienestar. Algunas ideas pueden ser: andar en bicicleta, jugar béisbol u otros deportes y caminar.
3. Haga del sueño una prioridad.
El sueño es vital para todo, desde minimizar el estrés hasta mejorar el estado de ánimo y el rendimiento escolar. Si su hijo no duerme lo suficiente, esa es otra señal de alerta de que tiene horarios excesivos.
Una vez más, la reducción de compromisos ayuda. También es útil hablar con los niños haciendo hincapié en la importancia del sueño y crear un entorno que lo facilite. Por ejemplo, mantenga la televisión y otros aparatos electrónicos fuera del dormitorio de su hijo.
4. Enséñeles a los niños a escuchar sus cuerpos.
Debe mostrarle a sus hijos como comprender sus propios cuerpos y la fisiología del estrés. Por ejemplo, siéntese en el automóvil con su hijo, pise el acelerador y el freno, y escuche cómo acelera el motor. Expliquele que nuestro cuerpo simplemente acelera y acelera, y luego se desgasta y dice basta.
Anímelos a escuchar lo que dicen sus cuerpos. Si bien es normal que el estómago de un niño se sienta nervioso el primer día de escuela, dejar la clase por estos malestares o despertarse repetidamente con dolor de cabeza es una señal de que están pasando demasiadas cosas.
5. Su propio estrés también le afecta a su hijo.
El estrés es realmente contagioso. Cuando los padres están estresados, los niños están estresados. Si vive en un entorno con una obligación tras otra, su hijo se dará cuenta de eso.
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Es importante mostrarles a sus hijos cómo relajarse y lidiar con el estrés de manera efectiva. Tienen que ver a sus padres desacelerar.
6. Las mañanas deben ser más tranquilas.
Un hogar desorganizado es otro desencadenante de estrés para los niños y adolescentes, y esto es especialmente evidente por las mañanas. Hacer las primeras horas más suaves, marca el tono del resto del día.
7. Enseñe a los niños a lidiar con los errores.
Para los niños, gran parte del estrés proviene del miedo a cometer errores. Recuérdele a su hijo que se supone que no debe saber «cómo hacer todo o hacer todo bien».
Además, aunque tomar buenas decisiones es una habilidad importante que aprender, lo que podría ser aún más importante es aprender a recuperarse de una mala decisión.
Realmente podemos estresar a los niños si no les ayudamos a entender que equivocarse es parte del proceso. Ayude a su hijo a aprender a descubrir los siguientes pasos después de una mala decisión o error. Ayúdelos a descubrir cómo solucionarlo, enmendarlo, aprender la lección y seguir adelante.
Y recuerde que no se puede vivir una vida estresante y luego enseñar a manejar el estrés.