Obesidad Infantil

La obesidad infantil ha ido aumentando notablemente durante los últimos años y las estadísticas así lo confirman.

La obesidad es un factor de riesgo para muchas enfermedades. En el caso de la obesidad infantil (en niños), estos riesgos son todavía más graves, ya que un niño o niña que padece de obesidad puede sufrir enfermedades y problemas médicos que sufren los adultos, pero a una edad muy temprana. La obesidad infantil “desgasta” el organismo del niño de forma acelerada y desde muy temprana edad.

Es decir, cuando un niño que ha padecido obesidad durante su infancia llega a adulto, seguramente su organismo no se encontrará en óptimas condiciones debido a que la obesidad le ha ido ocasionando diferentes trastornos, algunos de ellos imperceptibles. Asimismo una persona que es obesa durante su infancia, tiene mucha mas predisposición a serlo también a su edad adulta.

Además de estos riesgos médicos, la obesidad infantil trae consigo consecuencias psicológicas, sociales y emocionales en muchos niños que padecen esta enfermedad. Por estos motivos, es muy importante poner los medios necesarios para evitar que los niños padezcan de obesidad.

Causas de la obesidad Infantil

Las causas de la obesidad infantil pueden ser diversas. En primer lugar puede deberse a los malos hábitos alimenticios de los niños como el consumo en exceso de dulces, de comida basura y de bebidas gaseosas. Los padres deben estar atentos, poner límites y enseñar a sus hijos que este tipo de comida no es el más adecuado para su organismo.

Llevar una vida muy sedentaria es otra causa importante de la obesidad infantil. Muchos niños y niñas pasan muchas horas frente a la televisión o frente al ordenador, sentados en una silla y sin hacer movimiento alguno, cuando lo que necesita su cuerpo es ejercicio y actividad física para quemar el exceso de calorías que han consumido.

La obesidad en los niños también puede deberse a factores endógenos, a alguna enfermedad o motivos hereditarios.

Cómo prevenir la Obesidad Infantil

La obesidad infantil trae consigo muchos riesgos médicos y emocionales en los niños que la padecen. Para evitar que los niños padezcan obesidad, es muy importante que los padres se encarguen de enseñarles a sus hijos como llevar una alimentación saludable.

En primer lugar es importante acostumbrar a que los niños realicen 4 comidas diarias y que no anden “picando” o comiendo durante todo el día caramelos o golosinas.
Además, se les debe acostumbrar a comer una alimentación variada, que no se base únicamente en alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono que son los que más sobrepeso generan (y que más suele gustar a los niños).
El tamaño de las porciones también es una cuestión importante. Hay que enseñar a los niños a medirse y comer mientras tengan hambre, pero no a comer en exceso o solo por gusto.

  • Es importante enseñar a los chicos a comer despacio y disfrutando la comida. Al comer rápido hay más posibilidades de comer mas sin llegar a sentirse satisfechos.
  • Las bebidas gaseosas y azucaradas se deben beber con limitación y mucha moderación ya que este tipo de bebidas engorda mucho. Por este motivo, no se debe acostumbrar a que los niños coman con este tipo de bebidas.
  • El agua es imprescindible para el organismo y también ayuda a llevar una alimentación sana. Es importante beber agua en lugar de bebidas gaseosas y azucaradas.
  • El ejercicio físico es muy importante en esta etapa de desarrollo y ayuda eliminar los excedentes de grasa y calorías. Es importante motivar a los niños para que realicen actividades físicas y jueguen al aire libre y evitar que se acostumbren a llevar una vida totalmente sedentaria.
  • Es importante limitar el tiempo de uso de la televisión u ordenador para evitar que los niños estén quietos durante sus momentos de ocio. Es importante realizar actividades con ellos que exijan movimiento y actividad física.
  • Es conveniente evitar utilizar los alimentos o golosinas como “premios”, regalos o beneficios para los niños.

Para que los niños aprendan buenos hábitos alimenticios, es importante que los vean reflejados en sus padres y en las personas mayores. No basta con enseñar a los hijos, estos deben ver que los padres también practican los hábitos que predican, sino percibirán esta contradicción. La influencia de los hábitos familiares es muy importante para prevenir la obesidad infantil.

Efectos psicológicos, sociales y emocionales de la obesidad infantil

Actualmente la sociedad impone un modelo ideal en el cual las personas deben ser delgadas y toda persona que no encaje en este modelo seguramente se sentirá afectada por ello. En el caso de los niños, jóvenes y adolescentes, es muy probable que sus compañeros de colegio se lo hagan notar, se burlen de ellos y los dejen de lado por el simple hecho de “ser gordos”. Por este motivo, es muy probable que les cueste establecer vínculos con sus compañeros y que se sientan menospreciados por ellos. Poco a poco, la niña o niño empieza a sentirse como si realmente valiera menos que los demás. Su autoestima se reduce y pasa a afectarle en todos los aspectos de su vida, haciendo que el propio niño o niña se auto-limite por sentirse menos que los demás.

De esta manera, el menosprecio de sus compañeros puede provocar que el niño termine aislándose de los demás.

A modo de resumen, los efectos psicológicos y emocionales que más frecuentemente sufren los niños con obesidad son:

  • Baja autoestima
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Inestabilidad emocional
  • Dificultad para relacionarse con otras personas y niños
  • Trastornos de la alimentación
  • Actitudes antisociales
  • Percepción distorsionada de si mismo
  • Se considera incluso que un posible efecto psicológico pueden ser las ideas suicidas.